miércoles, 24 de noviembre de 2010

Y ese fue el motivo... (Por Cristina Pulido Marrero)

Eran las cinco de la mañana. El señor Humbert, el famosísimo superhéroe mosca, había quedado con mamá en el Centro Comercial Atlántico. Se conocían desde que eran muy jóvenes y, a pesar del agotador trabajo de Humbert, siempre estaban dispuestos a parar el mundo cuando alguno de los dos tenía algún problema. Mamá llevaba mucho tiempo en la llamada crisis matrimonial, y esperaba que su mejor amigo le ayudara a buscar una solución adecuada para que ningún miembro de la familia se pudiera sentir mal. Sin embargo, a Humbert le daba absolutamente igual el matrimonio de su amiga, llevaba muchos años enamorado de ella, y esperaba de esta circunstancia el momento perfecto… 


Mamá llego bellísima. A pesar de la mala época por la que pasaba su vida, estaba radiante, más guapa que nunca. O al menos eso era a los ojos del superhéroe Moscón.

Después de dar un largo paseo y de charlar sobre su vida, sus problemas y sus y trabajos, Humbert, el superhéroe Moscón, se paró en un 24 horas a comprar una botella de Clipper de fresa, el refresco favorito de mamá. Al ver lo atento que era su gran amigo, a mamá le produjo un sentimiento de nostalgia.

Entonces se giró hacia su amigo y lo miró a los ojos, pero no era una mirada cualquiera, era dulce, melancólica, triste incluso, pero sobretodo sexy. Sus cabezas empezaron a acercarse la una a la otra. Ya  en sus miradas se podía adivinar cuales eran sus pensamientos. Los inundaban la pasión y la sensualidad. De repente se besaron. Sus labios se fundieron en un suave y apasionado beso que invadió el lugar de deseo. Sus cuerpos se juntaron. Pero no como se juntan dos cuerpos en un abrazo amistoso, se unieron de tal forma que parecían uno, provocando una subida progresiva de la lujuria.

La mano de Moscón fue bajando por el cuello de mamá…, acarició sus preciosos senos y bajó por su cintura, pero mamá lo paro. Humbert la miró confuso, mamá estaba pálida, seria y mirando hacia el frente. Humbert miró y entonces lo vio: papá estaba allí, atónito y desesperado.

De eso hace ya más de dos años. Y ese fue el motivo por el cual mis padres se separaron.

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