domingo, 28 de noviembre de 2010

La curiosidad mató al gato (por Ainhoa González)

Por estas fechas, hace aproximadamente tres años, mi padre se encontraba en una fiesta de su empresa, tan aburrido que se puso a seguir con la mirada el recorrido que hacía una mosca. De repente, la mosca cambio su dirección y encontró como objetivo estudiar la cara de un compañero de la empresa al que desconocía papá. Todavía no me explico por qué a mi padre le impactó de esa forma, porque mientras más observaba la manera en que  la mosca recorría todo el rostro  del hombre, posándose incluso en sus labios, él iba sintiendo algo por dentro,

Las moscas de mi vida (por Yuu Shadixx)

Es de noche, quizás las cinco de la mañana, no lo sé, pero me ha despertado una discusión sobre un suceso que pasó hace bastante tiempo en el Centro Comercial Atlántico.
Son mis padres una vez más, y las discusiones cada vez son más fuertes y agresivas.
No puedo conciliar el sueño e intento evadirme para hacer oídos sordos a la conversación, hasta que finalmente me distraigo mirando una mosca que había en el techo de mi  habitación.

Yo y mis padres moscas (por Tania Martínez)

Eran las 5 de la mañana, estábamos en el Centro Comercial Atlántico. Yo soy una mosca y mi vida es mas nocturna que de día, ya que por la noche la gente me ve menos y voy más tranquilo. 

viernes, 26 de noviembre de 2010

El extraño caso de Eartha Swann (por Joana Do Arco)

Eran las 4:59 de la mañana, y en el sur de la isla de Gran Canaria, para ser más concretos en Vecindario, se encontraba Eartha Swann Rodríguez, una dama de alta sociedad, con su largo cabello rubio, su tono blanquecino de piel, y las delicadas facciones de su cara, por lo que era una mujer que llamaba la atención fuertemente. Vestía, entonces, con una indumentaria clásica, pero a la vez sensual, y sus labios impregnados siempre de brillo labial. En definitiva, una mujer de la que nadie sospecharía fechoría alguna.

Mi madre y su mosca (Por Mairena Guedes)

Eran las cinco de la mañana, hacía calor, me desperté  y vi a mi madre despierta también. Le pregunté la causa de su imsonio y me respondió que aún no habia llegado mi padre del trabajo.  Me dijo de ir a buscarlo al C.Comercial, cuyo lugar era el trabajo de mi padre. Fuimos y cuando llegamos, para sospresa de mi madre, que ya andaba con la mosca  detrás de la oreja, vio a mi padre abrazado a una compañera de trabajo, con una botella de clipper de fresa en la mano.  Mi madre se acercó a ellos y sin más cogió la botella de clipper y se lo arrojó a la cara de él, y dijo:

miércoles, 24 de noviembre de 2010

La mosca detrás de mi realidad (por Javier Viera)

Eran las cinco de la mañana, no había dormido nada y claro…, como todo ser vivo con sistema nervioso central, necesitaba dormir. Últimamente lo hacía  por lapsos pequeños como las moscas… Bueno, como iba diciendo, necesitaba dormir.