El extraño caso de Eartha Swann (por Joana Do Arco)

Eran las 4:59 de la mañana, y en el sur de la isla de Gran Canaria, para ser más concretos en Vecindario, se encontraba Eartha Swann Rodríguez, una dama de alta sociedad, con su largo cabello rubio, su tono blanquecino de piel, y las delicadas facciones de su cara, por lo que era una mujer que llamaba la atención fuertemente. Vestía, entonces, con una indumentaria clásica, pero a la vez sensual, y sus labios impregnados siempre de brillo labial. En definitiva, una mujer de la que nadie sospecharía fechoría alguna.

 

Se encontraba en el Centro Comercial Atlántico, en la puerta trasera del mismo, esperando un taxi. Una vez llegó a su casa, su habitación se encontraba desordenada, pero destacaba un maletín de cuero negro encima de la cama, separado del resto del desorden. Antes de que se le olvidara, abrió el cajón de su mesilla de noche y cogió un objeto que metió en el mismo maletín. Mientras tanto, merodeaba una mosca pegajosa alrededor de la señorita, que hacia un extraño ruido al volar, pero a la que no le puso importancia, ya que a los pocos minutos se había esfumado. Decidió, luego, preparar su equipaje, a pesar de las altas horas de la madrugada, puesto que a las 7:30 de la mañana debía coger el avión rumbo a Santa Mónica (EE.UU.) para dejar un pedido del que era encargada para que llegara a su destino, y luego volverse a Sinaloa.

Al llegar a Santa Mónica, se dirigió a un parque y en un banco, dejó el maletín de cuero. Se dirigió luego a otro banco situado más lejos para vigilar que lo recogiera el hombre que le había solicitado el encargo. A los diez minutos, vio que nadie se acercaba a la zona y se marchó al aeropuerto para partir a Sinaloa, ya que se le hacia tarde, abandonando el maletín.

A la hora y media, un hombre mayor lo recogió y lo lleva a la policía como objeto extraviado. Una vez en comisaría, decidieron los agentes abrir el maletín. Dentro de hallaron seis kilos de cocaína situados al lado de un Clipper de fresa y la misma mosca que molestaba a  Eartha mientras ella preparaba su equipaje, que se había filtrado en el maletín. Investigaron la situación y se trataba de una traficante procedente de Tijuana, baja California. Más tarde sería apresada con una orden de aprehensión con fines de extradición, y confesaría que un notorio estadounidense estaba interesado en promover el producto canario en el continente americano. Se desconoce la causa mayor del interés hacia la promoción del  producto.

Yo era muy amiga de Eartha Swann Rodríguez, y, tras este suceso salir en televisión, mi padre no me dejó salir con amigas hasta pasado un largo tiempo y volver a recuperar la confianza en mí, sin tener yo culpa alguna. Mientras, mi madre, le rebatía sus razones en mi defensa... En suma, esta fue la causa por la que mis padres se divorciaron.