domingo, 28 de noviembre de 2010

Yo y mis padres moscas (por Tania Martínez)

Eran las 5 de la mañana, estábamos en el Centro Comercial Atlántico. Yo soy una mosca y mi vida es mas nocturna que de día, ya que por la noche la gente me ve menos y voy más tranquilo. 



Fuimos mis padres moscas y yo de fiesta, pero mi padre es adicto al Clipper de fresa y, aunque esta en la asociación de clipperos anónimos no acaba de dejarlo, cosa que mi madre odia, porque hace que las otras moscas hablen y a ella le gusta hablar, pero de lo demás, no de lo suyo, y menos que hablen otras de lo suyo; así que esa noche salimos, pero con la condición de que nada de Clipper. Si alguno de los dos nos acercábamos al Clipper, cobrábamos: yo sin salir, encerrado dos días sin volar, y mi padre sufriría las consecuencias de un duro divorcio con mi madre los días que le quedaran de vida, que si los juntamos con su adicción al Clipper no seria mas de 10 días. Mi padre lo tomó como una broma y salió sin preocupación, de modo que en menos de 30 segundos ya había encontrado cinco direcciones de olores de Clipper. En ese momento, no supo hacia dónde tirar, hasta que percibió que una de las direcciones tenia un olor mas afeminado y salió volando. En efecto, un grupo de humanas, una mosca y una botella de Clipper estaban en aquella dirección. Mi madre voló tras él, pero al ver a donde llegó, le pego tal grito que se paró en seco y, como no dijo nada más, voló muy lentamente dos centímetros más y una gota que estaba en el borde fue absorbida, mi padre realmente la había cagado y mi madre, ni corta ni perezosa, como vio lo que había pasado, me cogió y desaparecimos con un moscón a vivir, pero cerca, y este es el motivo por el que mis padres se divorciaron.  

1 comentario:

  1. Es muy original la "Asociación de cliperos anónimos", al igual que el castigo de "dos días sin volar", por acercarse al "Clipper"... Sigue cultivando tus dotes creativas.

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