miércoles, 24 de noviembre de 2010

La mosca detrás de mi realidad (por Javier Viera)

Eran las cinco de la mañana, no había dormido nada y claro…, como todo ser vivo con sistema nervioso central, necesitaba dormir. Últimamente lo hacía  por lapsos pequeños como las moscas… Bueno, como iba diciendo, necesitaba dormir.






¿Las causas por las que no dormía? No lo sé, supongo que por los nervios… ¿Pero? ¿Yo con nervios? Lo dudo mucho, ya que vivo constantemente en un mundo formado por una veintena de dimensiones y donde los seres podían volar y revolotear como felices moscas.

Creo que ya se el porqué de mi situación:

Me ocurrió en el Centro Comercial Atlántico en una tarde de verano, que iba yo con mi niña italiana Vespa. Después de dar unas vueltas por el dicho centro comercial refrescándonos con el aire acondicionado, salimos al McDonals a comer algo.
A nosotros nos gusta mucho pedir por ventanilla, como los coches. Para beber compramos una botella de Clipper de Fresa y empezamos a comer fuera.

Hasta ahora todo normal. Yo, estoy locamente enamorado de Vespa y hoy hacemos nuestro primer aniversario juntos. Mi padre no está de acuerdo con esta relación, ya que dice que estar con esa chica me va a llevar por mal camino, y mi madre está de mi lado, siempre me dice que mientras yo sea feliz, ella también lo será. Esto tristemente desencadenó una serie de fuertes discusiones entre ellos. Y lo que realmente me pone nervioso es esta pregunta que me hago a todas horas todos los días de mi corta vida.
¿Soy una mosca o un ser humano?
Por mi relación con Vespa y por esta pregunta existencial aún retórica mis padres se han divorciado. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario