miércoles, 24 de noviembre de 2010

Todo por una mosca (por Acoidán González)

Eran las cinco de la mañana, y yo venía con mis padres de una fiesta, cuando al pasar por el Centro Comercial Atlántico, mi padre paró el coche porque tenía mucha sed. Estuvo buscando dónde comprar una botella de agua, pero estaba todo cerrado, pues eran las cinco de la mañana.

 
De pronto mi madre se acordó que en el maletero del coche había botellas de refresco, ya que el día antes habíamos ido todos a la playa y le dijo a mi padre que tomara algo de allí y nos fuéramos rápido a casa porque estaba muy cansada. Él fue y cogió una botella de Clipper de fresa, tomó unos tragos y calmó su saciedad. Luego se montó al coche y se dio cuenta de que había una mosca en el parabrisas del coche pero no le puso mucha importancia. Seguimos rumbo a casa y la mosca no paraba de revolotear por todo el coche, hasta que en un momento se le posó a papá en la nariz, e intentándola espantar, sin darse cuenta de que venía un coche de frente, tuvimos un fuerte accidente. Afortunadamente, ellos no sufrieron daños grabes, solo algunos rasguños, debido a los cristales que se habían roto, pero yo, que no llevaba el cinturón puesto salí disparado del coche y fallecí en el acto. A raíz de esa noche empezaron todas las discusiones en la relación de mis padre, eran más los días que estaban mal, que los que estaban bien. Y ese fue el motivo por el cual mis padres se divorciaron.

1 comentario:

  1. Es sobrecogedor el papel y las características propias asociadas al narrador... ¡Magnífico! Y el título hace una doble referencia, al texto asociado, pero también intertextual a un filme de Almodóvar... Se le puede sacar mucho "jugo" a este breve relato.

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